Si al pico que va a costar lo de la camiseta añadimos que al parecer la empresa Santa Mónica Sport, la tenedora de los derechos comerciales de la RFEF, se ha retrasado en unos pagos -unos 16 millones de euros, según nos cuentan-, las cosas se complican un poco más para el señor Villar. Y encima, con el agravante de que esta empresa ha sido la que ha sustentado a la RFEF en épocas de vacas flacas, adelantando sus pagos.