Eso era todo. No tenía mucha idea de ese deporte al que me había acercado en 2002 por amor camiseta inglaterra a los colores. Sin embargo, lo único e irrepetible de ese caluroso sábado de hace casi dos décadas fue la irrupción del arrabal futbolero en el Campo de Polo, un lugar reservado -hasta entonces-para un público exclusivo. El contraste que se produce entre el color crema y el verde botella del cuello, las bocamangas y las líneas costales funciona a las mil maravillas.