Todos ellos son viejos autocares escolares traídos de Estados Unidos en los que desde que uno se sube ya se comienza a sentir una ambiente muy caribeño. Este tipo de experiencias le hacen a uno valorar los lujos con los que cuenta en su vida cotidiana (cama, lavadora, seguridad social…). Además, cuenta con una ranura para guardar las llaves del coche. En poco más de 30 minutos de trayecto llegamos al puesto fronterizo del lado mexicano ubicado en el pueblecito Subteniente López.