Para hacerse una idea de los precios medios que manejan las aseguradoras, basta tomar como referencia diferentes tipos de conductor y coches tanto nuevos como usados. Las ciudades con un alto índice de robos o las que sufren condiciones meteorológicas complicadas pueden elevar el precio de la póliza (a más lluvia o nieve, más riesgo de accidente). Así lo resume Mapfre en su página web: “En la actualidad el tipo de combustible es una variable que apenas influye en el precio del seguro, aunque los vehículos diésel suelen tener pólizas ligeramente más caras que los de gasolina”.