Una lavadora muy silenciosa debe definirse como aquella que, durante la fase de lavado, no supera los 40 dB y, durante el centrifugado, no pasa de los 65 dB. Los niveles de emisión de ruidos: estos son detalles que a los compradores se les suele olvidar revisar y que, al final, acaban convirtiéndose en problemas. Por ejemplo, para una persona que trabaja en la construcción y que llega cada día a casa con la ropa llena de manchas difíciles, lo mejor es que apueste por una lavadora potente.