Si los forofos de los grandes equipos se sulfuran por los diseños controvertidos y para tener que gastarse unos 100 euros cada año para estar al día, los seguidores de los clubes más modestos acumulan motivos para quemar las redes. Primero de Cristiano Ronaldo, que intentó sorprender amagando con la izquierda y rematando con la derecha a bocajarro, y después de Bale, que cogió el rechace y remató duro abajo.