 Tampoco existían los números para identificar a los jugadores, por lo que el programa de un partido de 1875 entre Queen’s Park F. C. y Wanderers F. C. en Glasgow identificaba a los jugadores por el color de sus gorras o medias. No sé si alguien defendió el incremento de la longitud de los pantalones, pero desde luego, lo horrorosos que eran los pantaloncitos ochenteros justifican con creces ese aumento.
 Tampoco existían los números para identificar a los jugadores, por lo que el programa de un partido de 1875 entre Queen’s Park F. C. y Wanderers F. C. en Glasgow identificaba a los jugadores por el color de sus gorras o medias. No sé si alguien defendió el incremento de la longitud de los pantalones, pero desde luego, lo horrorosos que eran los pantaloncitos ochenteros justifican con creces ese aumento.







