¿Cómo controlar entonces lo que ocurre en las fábricas que están a miles de kilómetros de distancia unas de otras? Esta dispersión es la que dificulta la vigilancia», explican estas fuentes. Y esto no es algo de este año, ni este lustro, ni siquiera de la década que está a punto de acabar. Un bolso, por ejemplo, puede tener más de una docena de proveedores, que son los que se han encargado de hacer el forro, trabajar la piel, preparar las cremalleras, los bordados o las hebillas.